Te vi jugando a detener el tiempo...
Te vi cruzar cien puertas para llegar a mi cuarto.
Te adueñaste de mis sabanas, del suelo, del color.
Besos, sabor, cólera.
-En ese orden-
Sentirte con ese gusto a vino y amanecer,
y toda una selva entre tus dientes,
comiendo todo el calor que rozaban tus ojos,
desgarrando cada instante la magia de tu espalda.
Supiste caminar a tiempo, correr, por segundos..
-Por años-
Una lastimosa lluvia de enero,
un vapor,
un sonido que trastea.
Gozar nuevamente.
Lástima que la idealización quedó entre mis piernas.
Atenas
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