jueves, enero 19

Octavo piso

No fué casualidad pasar cinco veces por su cama.
Escondía algo más que un físico trabajado y una lengua bastante ágil.
El la miró a los ojos, sonriendo ante la perfección que encajaba en su mente. 
-Sonreía sin parar-
Se preguntó por que era capaz de imaginar un futuro que no correspondía a los hechos;
Imaginaba tener sexo cada mañana, con esa misma mujer, para siempre. 
La lógica aún llevaba su ropa, mientras ella, desnuda y revuelta parecía no tenerle miedo a nada.
Algunos días se inclinaba en el balcón, extasiado en vértigo. Otros desafiaba su existencia y flotaba...
Sin miedo a morir.

No hay comentarios: