Me siento
para no morir nunca.
El vino
agrio, su pecho llena el vacío.
Dos piernas
que atan,
El humo que
acusa a la noche,
Sus ojos
sangrando son el arte de la habitación.
Me aniquilan,
me subliman, me hartan, me condenan
Estoy
lejos,
pero él,
todavía más.
Atenas
Atenas
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