martes, enero 14

500 noches

Algunas noches quise ser dos para abarcar la inmensidad de su cuerpo.
-Su calor indiscutible-
Degusté sus perversiones al máximo de la impotencia, sabiendo que dos esquinas son demasiado para dos locos, y que una despedida pueden ser tres.
-su calor sigue creciendo-
Su pene volvería enferma a cualquier mujer.
Es imposible medir su mente pero estoy segura que debe estar a su altura.
Podria lamer su cuerpo como un animal solo para dormir con ese gusto a sexo que lo caracteriza.
Nunca fui fanática del destino, no hace falta caer en la eternidad, pero si de él se trata, hasta podría volver a buscarlo.

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